Hay dos maneras de convivir con el talento de los que tenemos cerca:
Si solamente puedes ver en él tus carencias, se llama Envidia.
Te duele.
Sólo a ti.
No te permite observar tus propias virtudes.
Tiene graves efectos secundarios.
Si lo miras con respeto y agrado, se llama Admiración.
Tú disfrutas.
El otro también.
Te deja tiempo y energía para crecer en tus propios talentos.
Efectos secundarios:
Seguridad, confianza y paz.
Mucha paz.
D.S
D.S
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