miércoles, 21 de septiembre de 2011

Querido ser humano

Hay dos maneras de convivir con el talento de los que tenemos cerca:

Si solamente puedes ver en él tus carencias, se llama Envidia.
Te duele. 
Sólo a ti.
No te permite observar tus propias virtudes.
Tiene graves efectos secundarios.

Si lo miras con respeto y agrado, se llama Admiración.
Tú disfrutas.
El otro también.
Te deja tiempo y energía para crecer en tus propios talentos.
Efectos secundarios:
Seguridad, confianza y paz.
Mucha paz.

D.S

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